Las 15 Oraciones de Santa Brígida: La Guía Definitiva (Oraciones Completas, Promesas y Cómo Rezarlas por un Año)

En el tesoro de la piedad católica, existen pocas devociones tan estructuradas y con promesas tan asombrosas como Las 15 Oraciones de Santa Brígida. Esta es una meditación profunda y prolongada, diseñada para honrar cada una de las miles de heridas que, según la tradición, sufrió Jesús durante su Pasión.
Conocidas simplemente como "Las Quince Oraciones", esta devoción consiste en un conjunto de plegarias que deben ser rezadas diariamente durante un año completo, sin interrupción. La devoción es famosa no solo por la belleza de las oraciones, sino por las increíbles promesas de las 15 oraciones de Santa Brígida que, según se dice, Jesús le reveló para quienes las rezaran fielmente.
Este artículo es una guía completa. Exploraremos la historia de la santa, te daremos el texto completo de las 15 oraciones de santa brígida escritas, la lista de las promesas, y la información sobre dónde encontrar la novena (aunque es una devoción anual) en formatos como PDF y audio.
1. ¿Quién fue Santa Brígida y Cuál es el Origen de las 15 Oraciones?
Antes de rezar, es vital conocer a la santa. Santa Brígida de Suecia (1303-1373) fue una de las santas místicas más importantes de Europa. Fue noble, esposa, madre de ocho hijos (una de ellas también santa, Catalina de Suecia) y, tras enviudar, fundó la Orden del Santísimo Salvador.
La Revelación de las Oraciones
Según la tradición, Santa Brígida tuvo una profunda devoción a la Pasión de Cristo. Durante mucho tiempo, ella deseó saber el número exacto de azotes y heridas que Jesús recibió.
La leyenda devocional cuenta que Jesús se le apareció en una visión y le reveló: "Recibí en mi cuerpo 5,480 golpes. Si deseas honrarlos de alguna manera, reza 15 Padres Nuestros y 15 Avemarías junto con las siguientes 15 oraciones que te enseñaré, durante un año completo. Al cabo del año, habrás honrado cada una de mis heridas."
Fue así como, según la tradición, nació la devoción de "las 15 oraciones de santa brígida para un año".

2. Las 15 Oraciones de Santa Brígida (Oraciones Completas y Escritas)
Este es el corazón de la devoción. El método es el siguiente: cada una de las 15 oraciones se debe rezar una vez al día, durante un año entero. Cada oración individual va precedida de un Padre Nuestro y un Avemaría.
Aquí tienes el texto completo de las quince oraciones de santa brígida versión completa:
(Comenzar cada día) En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración Primera
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesucristo! Dulzura eterna para los que te aman, gozo que sobrepasa todo gozo y todo deseo, salvación y esperanza de todo pecador. Tú que has manifestado no tener mayor deseo que el de estar en medio de los hombres, hasta el punto de asumir su naturaleza en la plenitud de los tiempos por amor a ellos. Recuerda todos los sufrimientos que soportaste desde el instante de tu concepción, y especialmente durante tu Santa Pasión, como estaba decretado y ordenado desde toda la eternidad en el plan divino. Recuerda, Señor, que durante la Última Cena con tus discípulos, después de haberles lavado los pies, les diste tu Sacratísimo Cuerpo y tu Preciosa Sangre, y mientras los consolabas con dulzura, les anunciaste tu próxima Pasión. Recuerda la tristeza y la amargura que experimentaste en tu alma, como Tú mismo lo expresaste diciendo:

"Mi alma está triste hasta la muerte." Recuerda todos los temores, las angustias y los dolores que soportó tu delicado Cuerpo antes del suplicio de la crucifixión, cuando después de haber orado tres veces, sudando sangre, fuiste traicionado por Judas, tu discípulo, apresado por la nación que habías escogido, acusado por falsos testigos e injustamente juzgado por tres jueces, en la flor de tu juventud y en la solemne época de la Pascua. Recuerda que fuiste despojado de tus propias vestiduras y revestido con las de la irrisión; que te cubrieron los ojos y la cara, que te abofetearon, que fuiste coronado de espinas, que te pusieron una caña en las manos y que, atado a una columna, fuiste desgarrado por azotes y abrumado de oprobios y ultrajes. En memoria de todas estas penas y dolores, te suplico, oh dulce Jesús, que me concedas una verdadera contrición antes de mi muerte, una confesión pura y completa, una digna satisfacción y la remisión de todos mis pecados. Amén.

Oración Segunda
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Verdadera libertad de los ángeles, paraíso de delicias. Recuerda el horror y la tristeza que sufriste cuando tus enemigos, como leones furiosos, te rodearon y con mil injurias, salivazos, bofetadas, arañazos y otros suplicios inauditos, te atormentaron a su antojo. En consideración de estos tormentos, te suplico, oh mi Salvador, que me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles, y que bajo tu protección, me hagas alcanzar la perfección de la salvación eterna. Amén.

Oración Tercera
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Creador del cielo y de la tierra, al que nada puede limitar ni abarcar. Tú que todo lo envuelves y tienes bajo tu poder, recuerda el dolor agudísimo que sufriste cuando los judíos ataron tus sagradas manos y pies a la cruz con grandes clavos romos, y no encontrándote en el estado que deseaban para satisfacer su furor, agrandaron tus llagas, añadiendo dolor sobre dolor, y con una crueldad inaudita te extendieron en la cruz y te dislocaron los miembros a su antojo. Te suplico, por la memoria de este dolor santísimo de la cruz, que me concedas tu temor y tu amor. Amén.

Oración Cuarta
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Médico celestial, elevado en la cruz para curar nuestras llagas con las tuyas. Recuerda las contusiones y los desgarros que sufriste en todos tus miembros, de los cuales ninguno quedó en su lugar, de modo que no había dolor semejante al tuyo. Desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza, ninguna parte de tu cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando tus sufrimientos, no dejaste de rogar a tu Padre por tus enemigos, diciéndole: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." Por esta gran misericordia y en memoria de este dolor, concédeme que el recuerdo de tu amarga Pasión obre en mí una contrición perfecta y la remisión de todos mis pecados. Amén.

Oración Quinta
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Espejo de eterno resplandor. Recuerda la tristeza que sentiste al contemplar a la luz de tu divinidad la predestinación de aquellos que serían salvados por los méritos de tu Santa Pasión, y al mismo tiempo, la gran multitud de réprobos que serían condenados por sus pecados; y lamentaste amargamente la suerte de estos infelices pecadores perdidos y desesperados. Por este abismo de compasión y de piedad, y principalmente por la bondad que mostraste al buen ladrón, diciéndole: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso", te suplico, oh dulce Jesús, que a la hora de mi muerte tengas misericordia de mí. Amén.

Oración Sexta
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Rey amable y deseado. Recuerda el dolor que sufriste cuando, desnudo y como un criminal común, fuiste clavado y elevado en la cruz. Cuando todos tus parientes y amigos te abandonaron, excepto tu amada Madre, que permaneció fielmente junto a ti en tu agonía, y a la que encomendaste a tu discípulo fiel, diciendo: "¡Mujer, he ahí a tu hijo!" y al discípulo: "¡He ahí a tu Madre!". Te suplico, por la espada de dolor que entonces traspasó el alma de tu Santísima Madre, que tengas compasión de mí en todas mis aflicciones y tribulaciones, tanto corporales como espirituales, y que me asistas en todas mis pruebas, especialmente en la hora de mi muerte. Amén.

Oración Séptima
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Fuente de inagotable piedad, que por un profundo impulso de amor dijiste en la cruz: "¡Tengo sed!", pero sed de la salvación del género humano. Te suplico, oh mi Salvador, que enciendas en nuestros corazones el deseo de tender a la perfección en todas nuestras obras, y que extingas por completo en nosotros la concupiscencia carnal y el ardor de los apetitos mundanos. Amén.

Oración Octava
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Dulzura de los corazones, suavidad de los espíritus. Por el sabor amargo de la hiel y el vinagre que probaste en la cruz por amor a nosotros, concédenos recibir dignamente tu Cuerpo y tu Sangre Preciosa durante nuestra vida y en la hora de nuestra muerte, como remedio y consuelo para nuestras almas. Amén.

Oración Novena
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Virtud real, gozo del alma. Recuerda el dolor que sufriste cuando, sumergido en un océano de amargura al acercarse la muerte, insultado y ultrajado por los judíos, gritaste en voz alta que habías sido abandonado por tu Padre, diciendo: "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?". Por esta angustia, te suplico, oh mi Salvador, que no me abandones en los terrores y dolores de mi muerte. Amén.

Oración Décima
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Principio y fin de todas las cosas, vida y virtud. Recuerda que por nosotros fuiste sumergido en un abismo de dolores, desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. En consideración de la enormidad de tus llagas, enséñame a guardar tus mandamientos con un amor verdadero, mandamientos que son un camino amplio y fácil para aquellos que te aman. Amén.

Oración Undécima
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Abismo profundísimo de misericordia. Te suplico, en memoria de tus llagas que penetraron hasta la médula de tus huesos y tus entrañas, que me saques a mí, miserable pecador, del lodo de mis ofensas y me escondas en los agujeros de tus llagas, de la faz de tu ira, hasta que pase tu cólera. Amén.

Oración Duodécima
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Espejo de verdad, sello de unidad, lazo de caridad. Recuerda la multitud de llagas con que fuiste herido, desde la cabeza hasta los pies, rasgado y enrojecido por el derramamiento de tu adorable Sangre. ¡Oh, qué dolor tan grande y profundo sufriste por amor a nosotros en tu carne virginal! ¡Oh dulce Jesús! ¿Qué más podías hacer por nosotros que no hayas hecho? Te suplico, oh mi Salvador, que imprimas todas tus llagas en mi corazón con tu Preciosa Sangre, para que yo lea en ellas sin cesar tu dolor y tu amor. Que por el fiel recuerdo de tu Pasión, se renueve cada día en mi alma el fruto de tus sufrimientos, y que mi amor por ti aumente, hasta que me encuentre contigo en la eternidad, donde eres el tesoro de todos los bienes y la plenitud de toda alegría. Amén.

Oración Decimotercera
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! León fuerte, Rey inmortal e invencible. Recuerda el dolor que sufriste cuando todas tus fuerzas, tanto del Corazón como del Cuerpo, se agotaron por completo, e inclinando la cabeza, dijiste: "Todo está consumado." Por esta angustia y este dolor, te suplico, Señor Jesús, que tengas piedad de mí en la hora de mi muerte, cuando mi alma esté angustiada y mi espíritu turbado. Amén.

Oración Decimocuarta
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Hijo único del Padre, esplendor e imagen de su sustancia. Recuerda la sencilla y humilde recomendación que hiciste de tu alma a tu Padre Eterno, diciendo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!". Y con el cuerpo desgarrado, el corazón destrozado y las entrañas de tu misericordia abiertas para redimirnos, expiraste. Por esta preciosa muerte, te suplico, oh Rey de los santos, que me confortes y me ayudes a resistir al demonio, a la carne y al mundo, para que, muerto al mundo, viva solo para ti. Y a la hora de mi muerte, recibe mi alma peregrina y desterrada que regresa a Ti. Amén.

Oración Decimoquinta
Rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
¡Oh Jesús! Vid verdadera y fecunda. Recuerda la abundante efusión de Sangre que tan generosamente derramaste de tu Sagrado Cuerpo, como el jugo de la uva en el lagar. De tu costado, perforado por la lanza de un soldado, brotó Sangre y Agua, de tal manera que no quedó en tu Cuerpo ni una sola gota. Y finalmente, como un manojo de mirra elevado en lo alto de la cruz, tu delicada carne fue destrozada, la substancia de tu cuerpo se marchitó y la médula de tus huesos se secó. Por esta amarga Pasión y por la efusión de tu Preciosa Sangre, te suplico, oh dulce Jesús, que recibas mi alma cuando esté en mi agonía. Amén.

3. Las Famosas (y Controversiales) 15 Promesas
El motivo por el que esta devoción de un año es tan famosa son las extraordinarias promesas de las 15 oraciones de Santa Brígida. Según la tradición, Jesús le habría prometido gracias increíbles a quienes rezaran estas oraciones diariamente durante un año.
Algunas de las 21 promesas (el número a veces varía) más conocidas son:
- Liberaré a 15 almas de su linaje del Purgatorio.
- 15 justos de su linaje serán confirmados y preservados en gracia.
- 15 pecadores de su linaje se convertirán.
- La persona que rece estas oraciones alcanzará el primer grado de perfección.
- 15 días antes de su muerte, le daré mi Preciosa Sangre para que no padezca hambre eterna; le daré mi Precioso Cuerpo para que no tenga sed eternamente.
- Lo defenderé contra las tentaciones del maligno.
- Antes de su muerte, vendré con mi amadísima y bienaventurada Madre.
- Recibiré benignamente su alma y la conduciré a las delicias eternas.
- Y habiéndola conducido allí, le daré a beber un trago singular de la fuente de mi Divinidad, cosa que no haré con los que no hayan rezado estas oraciones.
- ...y muchas más.

4. Advertencia Importante: La Posición de la Iglesia Católica
Aquí es donde debemos ser muy claros. La oración a Santa Brígida es una devoción hermosa y válida, pero la Iglesia ha emitido una advertencia seria sobre las promesas.
- Las Oraciones: Las 15 oraciones en sí mismas son ortodoxas, bellas y aprobadas por la Iglesia. Son una meditación profunda sobre la Pasión de Cristo y animan a la piedad.
- Las Promesas: La Iglesia ha declarado que las promesas en su forma absoluta y sobrenatural no son fiables y no tienen aprobación eclesiástica.
- El Decreto de 1954: El Santo Oficio (hoy Dicasterio para la Doctrina de la Fe) emitió un monitum (advertencia) declarando que las promesas no tenían origen sobrenatural y que los fieles debían ser advertidos de no darles crédito.
- ¿Por qué? Porque las promesas rozan la superstición y el "automatismo" (si hago "X", Dios me debe "Y"). Por ejemplo, la salvación eterna de una persona (o de 15 familiares) está ligada a su estado de gracia al morir, no a la recitación de una fórmula, por piadosa que sea.

En resumen: Se anima a los fieles a rezar las 15 oraciones de Santa Brígida por el beneficio espiritual de meditar en la Pasión de Cristo, pero no se debe hacer con la creencia mágica en las promesas literales.
5. ¿Cómo Rezar las 15 Oraciones por un Año?
- El Método: La devoción de "las 15 oraciones de santa brígida para 1 año" es un maratón espiritual.
- Duración: Deben ser rezadas todos los días, sin interrupción, durante un año completo (365 días).
- La Tradición: La tradición sostiene que si se falla un solo día, se debe comenzar el año de nuevo.
- El Formato: Antes de cada una de las 15 oraciones, se debe rezar un Padre Nuestro y un Avemaría.
- Recursos: Dado que es un compromiso enorme, muchos buscan ayuda. Puedes encontrar "las 15 oraciones de santa brígida audio" en YouTube para rezarlas de forma guiada, o buscar un "libro de las 15 oraciones de santa brígida" (o PDF) en sitios católicos como Corazones.org o Aciprensa.
Preguntas Frecuentes sobre las 15 Oraciones de Santa Brígida
1. ¿Qué son las 15 Oraciones de Santa Brígida?
Son un conjunto de quince oraciones devocionales católicas que meditan sobre los sufrimientos y las 5,480 heridas de Jesucristo durante su Pasión. Según la tradición, fueron reveladas a Santa Brígida de Suecia.
2. ¿Cómo se rezan estas oraciones?
La devoción tradicional consiste en rezar las 15 oraciones completas (precedidas cada una por un Padre Nuestro y un Avemaría) todos los días durante un año completo. Si se omite un día, la tradición dice que se debe reiniciar.
3. ¿Qué son las "15 Promesas" de Santa Brígida?
Son una lista de gracias extraordinarias (como liberar 15 almas del purgatorio o garantizar la salvación) que, según la tradición, Jesús prometió a quienes completaran la devoción. Sin embargo, estas promesas no están aprobadas por la Iglesia Católica.
4. ¿Qué dice la Iglesia Católica sobre las 15 Oraciones y sus Promesas?
La Iglesia hace una distinción clave:
- Las 15 Oraciones en sí mismas son aprobadas y se consideran una meditación piadosa y valiosa sobre la Pasión de Cristo.
- Las Promesas (en su forma literal y exagerada) fueron condenadas por el Santo Oficio (Vaticano) en 1954 como "no fidedignas" (non fidedignae) y no deben ser creídas ni difundidas.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Las 15 Oraciones de Santa Brígida: La Guía Definitiva (Oraciones Completas, Promesas y Cómo Rezarlas por un Año) puedes visitar la categoría Oraciones.

Entradas relacionadas